La magia de los Cambios de Ritmo para ser más rápido


CAMBIOS DE RITMO PARA CORREDORES POPULARES

¿Te suena esta historia? Sales a correr, activas tu reloj y te concentras en mantener un ritmo constante, ese que te resulta cómodo pero exigente, durante 30, 40 o 50 minutos. Kilómetro tras kilómetro, el paisaje cambia, pero tus sensaciones no.

Es una rutina segura, predecible. Y funciona… hasta que deja de hacerlo. Hasta que te estancas y sientes que, por más que corras, no logras ser más rápido.

Aquí es donde nos topamos con una de las grandes paradojas del corredor popular: para correr más rápido, no siempre hay que intentar correr más rápido todo el tiempo. Suena raro, ¿verdad? Es como si para aprender a hablar un idioma más deprisa, la solución no fuera simplemente hablar sin parar, sino hacer pausas, escuchar y jugar con las palabras.

En este artículo vamos a hablar de eso, de «jugar a correr». Vamos a desterrar por un día la tiranía del cronómetro y a descubrir el entrenamiento que mejor enseña a tu cuerpo a cambiar de marcha: el Fartlek, o como nos gusta llamarlo, los cambios de ritmo de toda la vida.


Los cambios de ritmos son modalidades que debes introducir en tus entrenos y en el cuaderno de entrenamiento encontrarás los cambios de ritmos implementados en los planes de los distintos objetivos.

En el CUADERNO DE ENTRENAMIENTO de un corredor popular tienes 17 planes detallados de entrenamiento, desde correr tus primeros 5 km hasta bajar de 3 horas en una maratón. Más de 100 páginas dedicadas a ti, a tus entrenos, tus hábitos deportivos, la nutrición, consejos saludables y motivacionales para NO DETENERTE en tu empeño de conseguir tus objetivos.

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Series & Cambios de ritmos

Cuando un corredor piensa en «velocidad», a menudo se imagina una pista de atletismo, un entrenador con un silbato y series agónicas de 400 metros. Ese es un camino, sin duda, pero es un camino rígido, matemático y, para muchos, intimidante. Es la ciencia de laboratorio llevada al tartán.

Los entrenamientos de cambios de ritmos o el Fartlek, que en sueco significa «juego de velocidad», es todo lo contrario.

Es la ciencia aplicada a las sensaciones, a la libertad del camino. El contraste es revelador: mientras que las series te encierran en la precisión de la distancia y el tiempo («8 repeticiones de 500 metros en 2 minutos y 15 segundos, con 90 segundos de recuperación»), el cambio de ritmo te libera en el terreno («Voy a apretar el ritmo hasta aquel árbol rojo y luego trotaré suave hasta la fuente para recuperar»).

Two women athletes running on an open road during a marathon event, showcasing endurance and determination.

Ambos métodos buscan lo mismo: estresar a tu cuerpo de forma controlada para que se adapte y mejore. Pero mientras uno te exige ser una máquina, el otro te invita a ser un corredor inteligente que escucha su cuerpo.


Tu Cuerpo no es un Motor Diésel, es un híbrido inteligente

Para entender por qué funcionan los cambios de ritmo, usemos una analogía. Piensa en tu sistema cardiovascular como una inmensa red de autopistas y carreteras comarcales.

Correr siempre al mismo ritmo es como usar únicamente las autopistas principales. Son eficientes, sí, pero dejas sin explorar miles de rutas secundarias que podrían llevar oxígeno y energía a tus músculos de forma mucho más rápida y efectiva.

Cuando haces un cambio de ritmo, cuando aceleras de repente, obligas a tu cuerpo a abrir esas «carreteras comarcales» (los capilares sanguíneos más pequeños) y a mejorar toda la red de transporte.

El corazón aprende a bombear más sangre con cada latido, y los músculos se vuelven más eficientes gestionando los subproductos del esfuerzo, como el famoso lactato.

Es más, tu cuerpo tiene distintos sistemas de energía. Imagina que es un coche híbrido.

Tiene un motor eléctrico (el sistema aeróbico), eficiente y perfecto para largas distancias a ritmo sostenido. Y tiene un motor de combustión (el sistema anaeróbico), potente y diseñado para acelerones cortos y explosivos.

Correr siempre al mismo paso es usar solo el motor eléctrico. Los cambios de ritmos enseñan a tu coche a cambiar de un motor a otro de forma fluida y sin tirones, convirtiéndote en un corredor mucho más versátil y económico.


Tu primera sesión de cambios de ritmos

Vale, la teoría está muy bien, pero ¿cómo se hace esto?

Es más fácil de lo que crees. Olvídate de aplicaciones y programaciones complejas. Solo necesitas un camino, tus zapatillas y ganas de experimentar.

Athletes burst from the blocks during a sprint race, captured in monochrome.

Aquí tienes una estructura básica para empezar:

  1. Calentamiento imprescindible: Nunca te saltes esto. Empieza con 10-15 minutos de trote muy, muy suave. El objetivo es que los músculos entren en calor y las articulaciones se lubriquen. Es como dejar que el motor del coche coja temperatura antes de pedirle un acelerón.
  2. El Juego comienza: Durante los siguientes 20 minutos, intercala periodos de ritmo rápido con periodos de recuperación activa (trote suave o caminar rápido). ¿Cómo? Guiándote por el entorno:
    • «Voy a correr rápido desde esta farola hasta la siguiente».
    • «Acelero durante el tiempo que dura mi canción favorita».
    • «Subiré esta pequeña cuesta a un ritmo alegre y bajaré trotando para recuperar».
    • «Correré rápido 1 minuto y recuperaré trotando 2 minutos».
  3. Gestiona tu presupuesto de energía: Aquí va otra analogía clave. Piensa en tu energía para la sesión como un presupuesto limitado. Cada acelerón es un gasto. No puedes gastarlo todo en los primeros cinco minutos. Los tramos rápidos deben sentirse exigentes, como un 7 u 8 sobre 10 en tu escala de esfuerzo, pero nunca agónicos. La recuperación es igual de importante: es el momento en que tu cuerpo «gana» de nuevo energía para el siguiente gasto y, sobre todo, es cuando se producen las adaptaciones.
  4. Vuelta a la calma: Termina siempre con 10 minutos de trote muy suave, similar al del calentamiento. Esto ayuda a tu cuerpo a reciclar el lactato y a iniciar el proceso de recuperación.

Si quieres conocer más sobre el entrenamiento de Fartlek, puedes encontrar más información aquí:

FARTLEK PARA CORREDORES POPULARES

El Mito del «Si no Duele, no Sirve»

En los cambios de ritmos, el dolor no es el objetivo.

El esfuerzo, sí. La fatiga, también. Pero nunca el sufrimiento agónico. Si terminas una sesión de cambios de ritmo sintiendo que podrías haber hecho un poco más, ¡perfecto! Ese es el punto exacto. Has estimulado a tu cuerpo sin destrozarlo.

Así que la próxima vez que te sientas estancado, atrévete a romper la monotonía. Deja el reloj en casa (o al menos, no lo mires todo el rato). Juega a correr. Persigue sombras, acelera hasta la cima de una colina, pícate con un amigo.

Descubrirás que, paradójicamente, la forma más divertida de entrenar es también una de las más efectivas para convertirte en un corredor más fuerte, más resistente y, sí, mucho más rápido.


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